LÁGRIMAS DE FUEGO

Érase una vez, en un poblado hawaiano, una diosa llamada Pele. Un día, recorriendo sus reinos conoció a un joven apuesto llamado Julián, era alto, moreno y muy apuesto.Empezaron a verse durante las noches de luna llena, hasta que un día el padre de Pele los vió y desterró a su hija de los reinos hawaianos.

Como no tenían donde ir se fueron al fondo de una cueva, en la que se daban todo su amor.

Julián decidió salir un día para recoger frutas del bosque. Allí conoció a una chica mortal llamada Jula, de cabellos rubios y tez pálida. Se enamoró perdidamente de ella. 

Pele esperó y esperó durante días pero Julián no volvió nunca jamás. Decidió salir a buscarlo y lo encontró entregando su amor a Jula. Ella, enfadada, volvió a su cueva, donde despertó toda su ira. Empezó a llorar de pena, pero su pena se volvió rabia, sus lagrimas se volvieron fuego...

Comenzó a salir fuego de la cueva de Pele y pilló a la pareja de enamorados en un lago, donde pensaron que estarían a salvo. Pero el agua empezó a arder y Jula se quemó.

Julián empezó a llorar y a pedir a Pele que lo matara también a él pero Pele no aceptó y le dijo que no moriría jamás, que iba a sufrir como estaba sufriendo ella.

Todas las noches Julián iba a pedirle a Pele que le llevara con su amada pero ella siempre se negaba, hasta que un día se dió cuenta que lo amaba tanto que no quería verlo sufrir y aceptó su petición.

Lo quemó de tal manera que no quedó ni rastro de él. Hoy en día se arrepiente y cada vez que se acuerda de que su amado está con otra persona que no es ella, suelta sus lágrimas en forma de fuego.